jueves, 21 de mayo de 2015

La red de estaciones de satélites de la ESA en España cumplió 40 años

Hace 40 años, concretamente, el 19 de mayo de 1975 la estación de seguimiento de satélites en Villafranca del Castillo, en Madrid, se convirtió en el núcleo de la red Estrack, la red de estaciones de seguimiento de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Las antenas de VilSpa han tenido un papel clave en muchas grandes misiones de la ESA, entre ellas, Marecs, Exosat, ISO, Integral y Cluster, así como, más recientemente, XMM y ATV.
Desde entonces la red Estrack no ha dejado de crecer. Hoy cubre todo el planeta, empleando tecnología de vanguardia para poner en contacto a los controladores de las misiones con los satélites que orbitan la Tierra o que se adentrar en el Sistema Solar.  La red ha crecido con estaciones similares en Suecia, España, la Guayana Francesa, Bélgica y Australia, todas ellas optimizadas para seguir satélites orbitando a la Tierra.
Estrack ha ido evolucionando de acuerdo con las crecientes necesidades de las misiones científicas, de observación de la Tierra y de exploración de la ESA. Hoy en día la red cuenta con 10 estaciones en siete países, gestionadas desde ESOC, el Centro Europeo de Operaciones Espaciales, en Darmstadt, Alemania.
Con el paso de los años, la Estación de seguimiento de satélites de Villafranca, se convirtió en el Centro Europeo de Astronomía Espacial (ESAC) de la Agencia Espacial Europea, en el que se encuentran los equipos científicos y sus archivos, de las misiones de astronomía,  ciencias solares y planetarias de la Agencia.
La misión esencial de las estaciones de Estrack es mantener la comunicación con las naves, transmitiendo comandos y recibiendo datos científicos e información de estado de los satélites. Las estaciones también recopilan información ‘radiométrica’, que ayuda a los controladores a conocer la situación, trayectoria y velocidad de sus naves.
Las estaciones realizan seguimiento en todas las etapas de una misión: LEOP (Lanzamiento y Órbita Baja, una fase crítica); las operaciones de rutina; y, por último, durante la jubilación y la retirada segura de los satélites. Estrack sigue también a los lanzadores que parten desde LEOP en la Guayana Francesa.
En un año normal las estaciones proporcionan más de 45.000 horas de seguimiento a más de 20 misiones, con una envidiable tasa de disponibilidad de servicio superior al 99%.
En el año 2000 se construyó en Nueva Norcia, Australia, la primera de las tres antenas de espacio profundo, de 35 metros de diámetro, que también forman parte del Estrack. Las otras dos son las estaciones de Cebreros, en España, y Malargüe, en Argentina. Todas ellas cuentan con la tecnología más avanzada y hacen posible la comunicación con las naves de exploración planetaria, las de observación del Sol y las situadas en los puntos de Lagrange, áreas entre el Sol y la Tierra que ofrecen importantes ventajas para la observación científica.
En enero de 2014 Estrack recibió las primeras señales de Rosetta, después de su despierta tras su larga hibernación, entonces situada a unos 800 millones de kilómetros de la Tierra.
Estrack contacta de forma  rutinaria con misiones no sólo de la ESA, sino también de socios como Japón, cuya misión Hayabusa-2 tiene aterrizar encima de un asteroide en 2018.
Las capacidades de la red permiten a las estaciones de Estrack dar soporte a misiones de otras agencias espaciales de la EEUU, Francia, Alemania, Japón, Rusia y China.
En el futuro las tres estaciones de espacio profundo serán reformadas para permitir el uso de frecuencias de radio mucho más altas, un requisito para misiones como BepiColombo y Juice.
  F.AAeroespacial

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