miércoles, 4 de septiembre de 2013

WikiLeaks pone al descubierto una industria de espionaje sigilosa e incontrolable

 
Las empresas creadoras de programas de vigilancia digital envían a su personal a varios países, incluidos los reprimen a la disidencia y suprimen la libertad en Internet, según nuevas revelaciones de WikiLeaks.

El portal de Julian Assange ha filtrado una nueva serie de documentos secretos. Se trata de una lista de viajes realizados por los representantes de las empresas productoras de programas de vigilancia como Gamma, DreamLab y HackingTeam a varios países con el fin de implantar allí dicho 'software'.

Lo particularmente interesante son los viajes de un representante de HackingTeam a Marruecos y los Emiratos Árabes Unidos en febrero de 2013 tras los documentados ataques a periodistas y activistas en ambos países revelados en verano de 2012.

Se mencionan también varios viajes a España este año durante los cuales se firmaron contratos con las Fuerzas de Seguridad nacionales para el espionaje de las comunicaciones móviles telefónicas y en Internet, según los datos recogidos por el equipo de WikiLeaks.

Además, los archivos del portal de filtraciones describen cómo la compañía DreamLab implantó el sistema de distribución de 'malware' FinFly en dos puntos neutros supuestamente ubicados en Omán.

"FinFly es un sistema que se instala en los servidores de los proveedores de servicios. Si algún Gobierno lo compra, este sistema permite infectar con 'spyware' el ordenador de cualquier usuario del país. Se puede seguir a los usuarios por los datos de su nombre o su número telefónico", relató en una entrevista a RT Bill Marczak, un activista contra el uso de tecnologías de espionaje en regímenes represivos.

También el sistema es capaz de fingir un paquete de actualización de programas populares, como iTunes o Winamp entre otros.

Entre las compañías Gamma y Dream existe un borrador de 41 páginas fechado en diciembre de 2010 para la colaboración en el desarrollo de un "sistema de monitoreo para el proyecto iproxy" de Omán.

El mismo año los representantes de ambas empresas visitaron Turkmenistán para montar un sistema de vigilancia digital, según los datos de WikiLeaks. Existe un borrador de 61 páginas entre las empresas, que incluye una factura de 878.819,70 francos suizos (unos 940.000 dólares) presentada a Gamma por DreamLab.

En respuesta a las preguntas de los periodistas colaboradores de WikiLeaks, HackingTeam afirmó que entiende el poder de su producto en investigaciones de inteligencia y resaltó que provee de productos solo a Gobiernos o agencias gubernamentales y nunca a individuos o empresas particulares ni tampoco a países que figuren en la lista negra de los Estados Unidos, la Unión Europea, la ONU o la OTAN, estudia a los clientes potenciales y se reserva el derecho a suspender contratos en caso de abuso.

Pero el equipo de WikiLeaks pone en tela de juicio que las compañías creadoras de programas de espionaje sean capaces de garantizar el cumplimiento de dichas condiciones por quienes compran sus productos ni el "monitoreo del uso apropiado de esos sistemas".

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