Apple y el FBI siguen enzarzados en una
batalla legal por desbloquear un iPhone utilizado en San Bernardino y,
hasta el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha opinado sobre
esta cuestión, aunque de manera indirecta. Obama no ha hablado
directamente sobre la negativa de Apple a desbloquear el terminal
hallado por el FBI, pero sí ha dado su opinión sobre el cifrado y la
disyuntiva que se plantea entre seguridad y privacidad.
Este caso ha agitado a la industria tecnológica y dividido las opiniones y es que, aunque Tim Cook señala que no pueden obligarles a romper sus propias medidas de seguridad, las autoridades han asegurado que, si no acceden, tendrán que entregar el código fuente completo de iOS incluyendo la firma electrónica privada de Apple para que sean los propios agentes los que desbloqueen el terminal.
Obama parece apoyar al FBI, pero con reservas. El pasado viernes, en una entrevista con Evan Smith, director general del periódico The Texas Tribune, el presidente afirmó que este asunto no puede resolverse con un “punto de vista absolutista”.
Respaldó su compromiso con un cifrado sólido, pero también planteó que,
si los dispositivos electrónicos impiden acceder a la información que
contienen, las autoridades no tienen medios para atrapar a pornógrafos
infantiles o frustrar planes terroristas.
“Mi conclusión es que no debe existir un
punto de vista absolutista en el asunto”, declaró Obama. “Si alguien
defiende un cifrado fuerte, al margen de lo que sea, y de hecho podemos y
debemos crear cajas negras, entonces me parece que esa posición no se
ajusta al tipo de equilibrio en el que hemos vivido durante 200 o 300
años”, afirmó. “Nuestros teléfonos se están convirtiendo en un
fetiche por encima de cualquier otro valor. Y esa no puede ser la
respuesta correcta”, aseguró. Por ello, cuando le preguntaron “donde se sitúa usted” en la controversia entre la privacidad y la seguridad, Obama expuso que
el gobierno no debe tener la facultad de ingresar a su gusto en los
smartphones que están llenos de información privada pero “es necesario
que haya cierta concesión” que permita acceder a la información “en ciertos casos”.
El asunto no acaba aquí ya que el FBI podría obligar a Apple a entregar el código fuente de iOS, o lo que es lo mismo, su ADN puesto que existe un precedente: en agosto de 2013, el servicio de correo secreto Lavabit, que usaba Eduard Snowden,
tuvo que entregar las claves de cifrado de su servicio para que el FBI
pudiese monitorizar los mensajes que enviaba Snowden. El dueño de
Lavabit, Ladar Levinson, se negó y fue condenado por desacato con lo que
empresa cesó su actividad por la interferencia del gobierno.
El gobierno de EEUU cita este precedente en su respuesta a la apelación de Apple, por lo que el FBI realmente podría
hacerse con el código fuente y la clave privada de iOS y modificar éste
a su antojo para acceder al iPhone del fallecido terrorista Syed Farook, en el que el FBI puede encontrar información de un tercer terrorista que escapó en el atentado de San Bernardino.
El problema está en que, con el
código, el gobierno podría crear versiones a su antojo con las que
introducirse en cualquier iPhone mediante un ataque de tipo “man in the
middle”.
F.GSecurities
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