Un
equipo de expertos repartidos por tres continentes y en alta mar
trabajarán codo con codo durante la breve pero crucial misión del avión
espacial IXV de la ESA, monitorizando su vuelo libre en el espacio, su
espectacular reentrada en la atmósfera terrestre y su amerizaje en el
Océano Pacífico.
El próximo día 11 de febrero, un lanzador Vega partirá desde Kourou,
Guayana Francesa, para liberar al Vehículo eXperimental Intermedio (IXV)
de la ESA en una trayectoria suborbital.
Este avión espacial sin alas ascenderá hasta unos 420 kilómetros, y
regresará a la Tierra con una velocidad equivalente a la que tendría un
vehículo que volviese de una misión en órbita baja, frenándose hasta
realizar un amerizaje suave en el Océano Pacífico.
Durante los 100 minutos que durará su vuelo supersónico e hipersónico,
IXV pondrá a prueba nuevas tecnologías de reentrada desarrolladas en
Europa.
A partir del momento en el que IXV se separe de Vega, lo que ocurrirá
unos 18 minutos después del despegue, la responsabilidad de la misión
recaerá sobre un equipo de expertos repartidos entre la Guayana
Francesa, Europa, África y un buque en el Pacífico, que monitorizarán al
vehículo durante su vuelo de recogida de datos.
“Un extraordinario equipo de ingenieros del Centro de Operaciones
Espaciales de la ESA (ESOC) se desplazará al Centro de Control de la
Misión IXV (MCC) en Italia, a las estaciones de seguimiento en África y
al buque de recuperación”, explica el responsable del proyecto, Giorgio
Tumino, quien también se sentará en ‘consola’ como director de la Misión
durante este vuelo experimental. “Su experiencia y contribuciones son
fundamentales para garantizar la operación de nuestros sistemas de
tierra”, añade..
Como en cualquier misión de la ESA, el ‘segmento de tierra’ está
formado por los sistemas de control de la misión, las redes de
distribución de datos y las estaciones de seguimiento que reciben la
telemetría de la nave en vuelo.
El día del lanzamiento, la mayor parte de la actividad se concentrará
en el MCC, alojado en el Advanced Logistics Technology Engineering
Centre de Turín, Italia, desde donde se coordinará la actividad de todo
el segmento de tierra, desde las antenas de 10 metros de diámetros de
Libreville (Gabón) y Malindi (Kenia) hasta la estación instalada sobre
el buque de recuperación Nos Aries. Tras separarse del lanzador a una
altitud de unos 340 kilómetros, IXV empezará a enviar señales que serán
recogidas por la estación de Libreville unos 18 minutos después del
lanzamiento.
“Esta primera telemetría nos informará sobre el estado de IXV y nos
permitirá ajustar los cálculos de su trayectoria y las coordenadas del
lugar de amerizaje”, explica Gerhard Billig, director de las operaciones
de IXV y responsable del funcionamiento del segmento de tierra.
F.AAeroespacial
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