De los registros practicados por agentes se ha intervenido, 1.598 kilogramos de cocaína, 11 kilogramos de hachís, 12 vehículos, 3 inhibidores de frecuencias, diverso material electrónico e informático, sistemas de navegación utilizados para transportar la droga en embarcaciones, 21.500 € en efectivo, etc.
La operación que se ha llevado a cabo en diversas fases, se inició el día 17 de junio, cuando la Guardia Civil interceptó dos vehículos en la provincia de Zaragoza, en cuyo interior fueron intervenidos un total de 98 kilogramos de cocaína. En ese momento se procedió a detener a los dos conductores de los vehículos.
Fruto de estas detenciones, los agentes establecieron una serie de actuaciones que llevaron a ubicar un inmueble en la provincia de Vizcaya, susceptible de almacenar una importante cantidad de cocaína. Tras una vigilancia sobre este inmueble y la localización de la mayor parte de los implicados en la investigación se procedió a registrar dicho inmueble en cuyo interior se intervino un total de 1.500 kilogramos de cocaína.
Las últimas detenciones y registros realizados se practicaron a primeros de septiembre, aprehendiendo 11 kilogramos de hachís, dinero en efectivo y una importante cantidad de material informático.
Negocios con los cárteles de Sudamérica
Durante la investigación se ha podido comprobar como la
organización estaba perfectamente estructurada y tenía diferentes
cometidos, sin que muchos de sus componentes, como medida de seguridad,
tuvieran relación entre ellos. Igualmente se observó que los responsables de la red realizaban frecuentemente desplazamientos a Sudamérica para negociar con los cárteles de esos países para la adquisición de estupefacientes y su posterior envío a nuestro País.
La red utilizaba distintas vías para introducir la cocaína en nuestro país, si bien, la más utilizada era el transporte mediante embarcaciones
de gran calado hasta las proximidades de las aguas territoriales
españolas, donde se traspasaba la mercancía a embarcaciones de recreo.
Posteriormente, se trasladaban la droga hasta las inmediaciones de la
población Vizcaína de Ondarroa, por cuya costa lograban introducir la
cocaína en el territorio nacional.
Esta mercancía se almacenaba en viviendas que previamente habían
sido alquiladas por la organización, preferiblemente caseríos aislados
que permitían pasar desapercibidos y les otorgaba cierta sensación de
impunidad.
La complejidad de la operación y los numerosos
lugares en los que se han llevado a cabo las investigaciones, ha
requerido la participación de diversas Unidades de
investigación e intervención de la Guardia Civil.
La operación, ha sido dirigida por el Juzgado de Instrucción núm. CUATRO de Torrejón de Ardoz (Madrid).
F.GCivil
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