SOBRE LA ESTABILIDAD DE CUMBRE VIEJA, LA PALMA
Los recientes terremotos registrados en La Palma han vuelto a
cuestionar por parte de algunos medios de comunicación la estabilidad
del flanco oeste de la isla y, en particular, del edificio volcánico de
Cumbre Vieja, creando inquietud en muchos ciudadanos sobre todo a los
palmeros.
Desde que algunos investigadores afirmaron la
posibilidad de que se produzca un gran deslizamiento con tsunami en la
Palma, se trasmitió el temor ante tal evento catastrófico. A pesar de
que ya han transcurrido más de 10 años de esta teoría, todavía se
siguen planteando las hipótesis que dieron lugar a la posibilidad de que
Cumbre Vieja podría colapsar.
Dichas hipótesis implicaban la
existencia de unas superficies de debilidad geológica de gran
extensión, continuidad y profundidad, consistentes en una capa basal
formada por materiales producto de anteriores deslizamientos denominada
mortalón, y la presencia de una fractura casi vertical de dirección
aproximadamente Norte –Sur de decenas de kilómetros de longitud y varios
kilómetros de profundidad, que limitaría por el lado Este al pretendido
deslizamiento de Cumbre Vieja.
La capa del mortalón existe ya
que se ha verificado en numerosas galerías, pozos, túneles y sondeos.
La gran fractura no se ha podido constatar ni su continuidad ni su
profundidad. Por lo que estas condiciones en las que se basa
principalmente esta teoría no pasarían de una simple hipótesis. Sin
embargo, si se tienen en cuenta las propiedades resistentes del
mortalón, la geometría actual de la isla, la estructura geológica, la
inclinación de las capas, etc. Cumbre Vieja sería estable de acuerdo
con los modelos geomecánicos y análisis de estabilidad realizados.
Para que el flanco de Cumbre Vieja llegara a reunir condiciones
próximas a la inestabilidad tendrían que darse simultáneamente un
terremoto de magnitud muy alta junto con una erupción con un alto
índice de explosividad, o bien, que el edificio volcánico actual
alcanzara en su crecimiento natural al menos más de mil metros sobre la
máxima elevación actual.
Para alcanzar esta altura tendrían que
transcurrir más de cincuenta mil años, tomando como referencia la
tasa media de crecimiento de la isla en el último millón de años. Por
otro lado, la probabilidad de que se produzca una erupción con un alto
índice de explosividad a la vez que un gran terremoto es sumamente
remota, de acuerdo con el registro geológico de este tipo de eventos
en la isla.
Se deduce por lo tanto que Cumbre Vieja es estable,
incluso bajo los efectos de erupciones semejantes a las ocurridas en
las últimas decenas de miles de años.
Conviene recordar que
los autores de la teoría sobre el colapso de Cumbre Vieja nunca hablaron
de probabilidad sino de posibilidad: “que tarde o temprano podría
ocurrir pero sin saber cuándo”, lo cual indujo a la inquietud de la
sociedad. Sin embargo, si se expresa la citada posibilidad en términos
probabilidad estaríamos hablando de valores extremadamente bajos, con
valores de recurrencia de decenas de miles de años.
Estos
resultados son parte de un proyecto de investigación sobre los mega
deslizamientos y tsunamis en Canarias, dirigido por el Instituto
Geológico y Minero de España (IGME) en el que han participado
investigadores del Instituto Volcanológico de Canarias (INVOLCAN).
F: INVOLCAN