El Instituto de Cuestiones Internacionales y Política Exterior (
INCIPE) celebró el pasado 17 de marzo un desayuno de trabajo titulado 'El Ejército del Aire: adaptación y retos de futuro'.
Intervino como ponente el Jefe de Estado Mayor del Ejército del Aire,
general del aire F. Javier García Arnaiz, y contó con la presencia,
entre otras autoridades, del director general de Política de Defensa,
almirante Juan F Martínez Núñez.
El cambio en las amenazas globales, la geoestrategia y la ambición de
los países llevan a la necesidad de desarrollar una defensa
responsable, donde un papel fundamental lo adquiere el Ejército del
Aire. Así, el proceso de transformación de las Fuerzas Armadas en
general, y del Ejército del Aire en particular, debe entenderse como una
necesidad estratégica para percibir y enfrentar de manera más eficaz
los procesos complejos que se desarrollan a nuestro alrededor. La
necesidad de cambio es una constante que ha caracterizado la evolución
del ser humano a lo largo de su historia. No es por tanto una novedad.
Más bien todo lo contrario: es una obligación porque el éxito y el
fracaso de las operaciones aéreas dependerán de la capacidad de
adaptación de la Institución.
La respuesta a estos rápidos cambios vividos en el entorno
estratégico contribuye de forma eficaz el Poder Aéreo gracias a sus
capacidades específicas de velocidad, inmediatez, disponibilidad y
flexibilidad. En este entorno incierto, la preparación continua recobra
especial relevancia ya que los miembros del Ejército del Aire deben
estar permanentemente dispuestos para reaccionar con urgencia en todas
las situaciones de crisis.
En cuanto a los retos a los que se enfrentará el Ejército del Aire en
el futuro, durante el desayuno se destacaron tres: la contención del
gasto en Defensa, que se agrava con los años de crisis económica que
llevamos; las nuevas amenazas emergentes, que están dando origen a
nuevas formas de conflicto sin abandonar los tradicionales; y el propio
proceso de transformación de las Fuerzas Armadas, que está exigiendo del
Ejército del Aire cambios importantes en su estructura orgánica.
Sobre el presupuesto se comentó la necesidad de adaptar las
actividades a la contención que ha sufrido el gasto en Defensa en
España. Por ello, se ha decidido no rebajar el nivel operativo y de
seguridad, sino limitar el número de militares que vuelan a través de
planes cíclicos anuales para que, aunque se recorte el personal que hace
salidas, se encuentren en plenas capacidades. Esto ha hecho que puedan
sortear la deficiencia en el presupuesto y hayan conseguido que las
horas de vuelo se incrementen cada año. También se ha aumentado el
número de ejercicios que realiza el Ejército del Aire, manteniendo al
mismo tiempo su presencia internacional en los seis destacamentos aéreos
en Afganistán, Irak, Yibuti, Dakar, Libreville y Estonia. Todo ello
para asegurar que el Ejército del Aire siga siendo la principal opción
de respuesta militar cuando se requiera acción en o desde el espacio
aéreo.
En relación con las nuevas amenazas, las fuerzas militares se han
encontrado en los dos últimos años con el cambio de una amenaza dispersa
a una más concreta. Entre ellas se subrayó el riesgo que supone la
situación en el este de Europa, y por otro lado, el que representan las
ambiciones ideológicas de grupos terroristas internacionales en Oriente
Medio. En este contexto, España ha adquirido así un papel clave por su
ubicación, sobre todo en relación a la cantidad de tráfico marítimo que
tiene y a la proximidad del país a algunos de los focos donde se operan
estas amenazas. El Poder Aéreo contribuye de manera decisiva a la
Estrategia de Seguridad Nacional a través de sus capacidades militares
para obtener un efecto indudable: proporcionar a la acción conjunta la
libertad de acción en sus respectivas áreas de actuación (terrestre y
marítima).
Por otra parte, dentro de la transformación de las Fuerzas Armadas
cabe destacar que el Ejército del Aire comenzó a principios de marzo un
proceso de reorganización tanto en sus relaciones con la estructura
operativa como en su ámbito funcional. Así, se ha adaptado desde dentro a
las circunstancias actuales, sin por ello descuidar la eficacia de sus
actividades en su función de asesor principal en materia aeroespacial de
los niveles estratégico-militar y político.
Finalmente, se abordaron otros asuntos relacionados con la Defensa y
el Ejército del Aire, como el programa Eurofighter y el A-400M, para la
adquisición de nuevos aviones de combate; el papel del Ejército del Aire
en lo referente a la seguridad espacial; la polémica sobre la
utilización de los drones, el rol de la mujer en las fuerzas militares;
el futuro de Rusia; o las actuaciones de la
OTAN en el campo de la defensa en la actualidad.
F.EAire