España es uno de los países más avanzados en el desarrollo de sistemas de seguridad para la detección del fraude
que, en el caso de las entidades españolas, es casi residual. Por lo
menos eso es lo que aseguran los responsables del programa de innovación
y tecnología financiera del IEB, que explican que esto se debe a que es
“el tercer país que más ciberataques recibe mediante software malicioso
o malware instalado en los ordenadores de los usuarios, solo superado
por EEUU y Reino Unido”.
La concienciación de las empresas españolas se muestra, además, en que
éstas “gastan 14.000 millones de euros al año en reforzar la seguridad en Internet. Unos 50.000 trabajadores se dedican a este campo y la facturación anual supera los 6.000 millones de euros”,
destacan los responsables que también explican cómo se preparan las
entidades para afrontar un ciberataque. “La gestión de los riesgos
cibernéticos ya está incluida en la estrategia de gestión del riesgo de
las entidades. Los bancos disponen de sistemas capaces de detectar en
tiempo real actuaciones incoherentes de los clientes, previniendo así el
fraude, como soluciones de seguridad para afrontar los retos del Big
Data, monitorización de usuarios, algoritmos predictivos, etc. Las
entidades españolas también analizan cambios en los patrones de uso y
navegación del cliente online, como su localización geográfica, o la
plataforma habitual del usuario, todos ellos cambios atípicos que
podrían suponer una manifestación de accesos fraudulentos”.
Todo ello para evitar que los cibercriminales consigan sus objetivos.
“El sector financiero está en la diana de los cibercriminales, hasta el
punto de que cerca de la mitad de los ciberataques afectan a este
sector”, con lo que, contar con una estrategia de ciberseguridad es
clave.
F.CSO
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