La noche del 6 de mayo, el buque de acción marítima ‘Rayo’’ auxilió a
un esquife que se encontraba a la deriva con seis hombres a bordo y a
250 millas al este de Mogadiscio, ante el mal estado que presentaba la
mar, la falta de víveres y la inoperatividad de los motores fuera borda
que llevaba.
Esa misma mañana, el pesquero español ‘Txori Toki’, que estaba
faenando en esa zona, avistó el esquife a unas 4 millas de donde se
encontraba. Siguiendo los protocolos establecidos para estos casos, el
pesquero no se aproximó y comunicó los hechos al Centro de Operaciones y
Vigilancia de Acción Marítima de la Armada (COVAM).
Ante la comunicación recibida, el mando de la operación ‘Atalanta’
designó para investigar estos hechos al ‘Rayo’, que se encontraba a 150
millas del esquife.
Cuando el patrullero español llegó a las inmediaciones del esquife
sospechoso, inició un seguimiento encubierto y llevó a cabo el abordaje
mediante su trozo de visita y registro.
En la inspección no se encontraron evidencias relacionadas con la
piratería, aunque tampoco ningún arte de pesca. La embarcación estaba
equipada con dos potentes motores fuera borda que estaban averiados y
sus tripulantes llevaban un equipo GPS y varios teléfonos móviles sin
tarjetas.
F.Armada española
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