Después de varias semanas de aplazamientos debidos a las condiciones
climatológicas, la Nasa lanzó el sábado un globo con helio que
transportó el LDSD, un vehículo en forma de platillo volante, hasta
niveles elevados de la atmósfera de la Tierra a fin de probar una
tecnología que sirva para enviar misiones tripuladas a Marte.
El Desacelerador Supersónico de Baja Densidad (LDSD), más conocido como
‘platillo volante’ incluso dentro de la agencia, fue lanzado hacia la
atmósfera desde la isla hawaiana de Kauai, adherido a un globo
gigantesco.
Pese a que el paracaídas de la nave no se desplegado totalmente al
concluir la misión, la Nasa consiguió recuperar la nave que, una vez
desprendida del globo, cayó al océano Pacífico.
La prueba, que ha supuesto un coste de 150 millones de dólares, tenía
por objeto ensayar una alternativa a las tecnologías empleadas desde
hace décadas por la Nasa para las exploraciones marcianas de sus robots,
con el propósito de poder lanzar misiones tripuladas al planeta rojo.
El globo llevó al LDSD hasta a unos 36.000 metros de altura, donde se
desprendió del mismo en el momento en que un cohete adherido a la nave
impulsó a ésta hasta los 54.000 metros de altura. Eso ha
permitido probar la reacción del vehículo a la atmósfera propia de
Marte. Una vez completado el ascenso, el disco desplegó un paracaídas
para ralentizar su descenso a la Tierra, cayendo tres horas más tarde
en el océano.
"Queremos probar esta tecnología aquí, porque es más barato, para estar
seguros de que va a funcionar antes de enviarla a Marte", señaló a
principios de este mes el responsable del proyecto, Mark Adler.
La prueba se aplazó por seis veces debido a los fuetes vientos
reinantes en la zona que podrán haber arrastrado el globo hacia zonas
incontroladas de la misión
F.AAeroespacial
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