“La
 prohibición del uso del español en las comunicaciones aeronáuticas 
puede reducir la conciencia situacional de las tripulaciones y 
controladores aéreos españoles cuando no se encuentre involucrada una 
aeronave extranjera, pudiendo disminuir por tanto los niveles de 
seguridad operacional”.
 Con esta contundencia, las principales asociaciones españolas de 
pilotos y controladores de tráfico aéreo (Aep, Apcae, Aprocta, Copac, 
Sepla y Usca) han expresado en una misiva su disconformidad con la 
futura implantación, por parte de las autoridades aeronáuticas 
españolas, de una ley que prohíbe el uso del español en todas las 
comunicaciones entre las aeronaves y las torres y centros de control 
aéreo de España.
 La carta responde a la reciente decisión de las autoridades 
aeronáuticas de solicitar a las compañías aéreas españolas su 
colaboración para implantar el inglés como único idioma operacional en 
las comunicaciones ATC (las que se desarrollan entre los pilotos y los 
controladores aéreos).
 Una iniciativa que vendría acompañada próximamente de un cambio en la 
normativa para que el uso exclusivo del inglés se haga por imperativo 
legal. Un hecho sin precedentes en la aviación civil internacional, más 
si cabe, cuando el español es un idioma reconocido por la OACI, 
Organización de Aviación Civil Internacional, desde su fundación, en 
1944.
 En la carta, dirigida al director general de Aviación Civil, Ángel Luis
 Arias, y a la directora de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea 
(AESA), Isabel Maestre, los dos colectivos profesionales afectados por 
esta medida reconocen la conveniencia del uso del inglés en la 
frecuencia, pero únicamente cuando haya involucrada una aeronave 
extranjera cuya tripulación no conozca el idioma español, tal y como 
recomienda la OACI. “En ningún caso –insisten- debe implantarse de 
manera general en todas las situaciones”, esto es, cuando únicamente hay
 tripulaciones españolas en el espacio aéreo, porque cabe la posibilidad
 de que genere problemas de seguridad aérea hasta ahora inexistentes.
 Nadie mejor que los profesionales de la aviación para determinar qué 
métodos son más seguros para garantizar la seguridad de las operaciones 
aéreas y de los pasajeros, máxime cuando no hay constancia de que se 
haya realizado un análisis de gestión de riesgos ni recomendación alguna
 al respecto por parte de la Comisión de Estudio y Análisis de 
Notificaciones de Incidentes de Tránsito Aéreo (Ceanita).
 Todas las organizaciones firmantes de la carta dirigida a las 
autoridades aeronáuticas forman parte de grupos de trabajo en diversos 
comités de expertos de la agencia de seguridad, AESA, por lo que debe 
ser en el seno de esos comités donde se diluciden las necesidades que, 
en materia de seguridad aérea, deban ser implantadas en el espacio aéreo
 español, al estilo del proceder de los países de nuestro entorno.
F.AAerospacial 
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