El barco EDT Ares zarpa de La Luz y llegará este miércoles a primera
hora a la zona donde se hundió la aeronave con tres pilotos y un
mecánico del Ejército del Aire
El robot submarino es capaz de bajar a 6.000 metros de profundidad y rastreará el fondo oceánico con cámaras de alta definición
Menos de dos toneladas de peso, corazón electrónico, venas de fibra
óptica y ojos de alta definición. Así es el Remora II, el robot
submarino por control remoto que hoy se sumergirá en el Atlántico a 37
millas náuticas de Gran Canaria en busca del helicóptero del servicio
aéreo de rescate (SAR) en que quedaron atrapados el 19 de marzo 4
militares del Ejército del Aire cuando la nave chocó de noche con el
agua y se hundió en el océano tras realizar un entrenamiento de rescate
nocturno.
El ROV (vehículo operado por control remoto, según sus
siglas en inglés) Remora II llegó este martes a Gran Canaria a bordo del
barco EDT Ares, la nave de bandera chipriota enviada a Canarias por
Phoenix Internacional Holding para escanear el fondo marino y tratar de
izar a la superficie el helicóptero siniestrado del SAR. El ROV es el
equipo estrella de esta búsqueda y viaja suspendido de una grúa en el
buque de bandera chipriota, que se hará a la mar a las tres de la
madrugada de este viernes para llegar a la zona de búsqueda al amanecer.
Se trata de un robot de propulsión electro hidráulica capaz de alcanzar
una profundidad de 6.000 metros bajo el mar, dotado de 6 hélices,
manejado por control remoto y que alberga varias cámaras de alta
definición, así como iluminación especial, para cumplir su principal
cometido: visualizar el fondo del mar, localizar el objeto de su
búsqueda, enviar imágenes a superficie mediante conexiones de fibra
óptica y enganchar el artefacto que se pretenda rescatar hasta izarlo a
la superficie.
En el mundo han proliferado las empresas capaces
de proveer de ROV con capacidad para sumergirse en los fondos marinos,
pero Phoenix International pasa por ser la que dispone de la tecnología
más avanzada para realizar esta tarea de visualización y rescate en
aguas muy profundas. Como la propia empresa recalca en su página web,
sus ingenieros están especializados en el diseño y fabricación de ROV
cuya singularidad es, además del manejo en grandes profundidades, su
capacidad para introducirse en zonas de riesgo o de difícil acceso.
La gran carta de presentación de PIH es el contrato estable que
mantiene con la Marina de los Estados Unidos. Pero también su historial:
desde la colaboración para el rescate de los restos del Columbia o las
cajas negras del vuelo de Air France que cayó en mitad del Atlántico,
hasta la búsqueda del avión de Malasya Airlines misteriosamente
desaparecido en el océano Índico.
El ROV de Phoenix casi pasa
desapercibido como una caja metálica amarilla a bordo del EDT Ares, uno
de los barcos que esta empresa tiene diseminados por todo el mundo para
acceder en el menor plazo de tiempo posible a los lugares donde se le
requiere. Viaja suspendido de una pequeña grúa. Pero el buque alberga al
menos otras dos, una de ellas de mucho mayor porte y situada en una
explanada situada en la popa del barco, para realizar las extracciones
del fondo marino.
Con toda su tecnología de última generación, el
EDT operará desde primera hora de este miércoles en la zona donde
desapareció el helicóptero el 19 de marzo y no se prevé que regrese a
puerto hasta que encuentre los restos del helicóptero y de los militares
desaparecidos, a menos que la búsqueda se alargue tanto que requiera
nuevos avituallamientos.
Fuentes de la Armada negaron este martes
que a bordo del EDT vaya a viajar al juez togado militar que se ocupa
de la instrucción del caso y explicaron que, en todo caso, se desplazará
expresamente a la zona en helicóptero o en otro barco de la Armada en
el momento en que sea izado el helicóptero siniestrado.
Las
familias de los militares desaparecidos, los pilotos Daniel Pena Valiño
(capitán), Carmen Ortega (teniente) y Sebastián Ruiz (teniente), así
como del sargento mecánico Carlos Caramanzada, se mantienen en directo
contacto con el Mando Aéreo de Canarias (Macan) para ser informados al
detalle de las labores de búsqueda.
En los días previos a la
llegada del EDT, el barco hidrográfico Malaspina de la Armada ha estado
rastreando la zona donde desapareció el helicóptero para tratar de
localizar el lugar exacto donde se hundió, tarea para la que ha contado
con la colaboración del Centro de Oceanografía de la Universidad de Las
Palmas de Gran Canaria. Los expertos creen que la nave se hundió a plomo
y en vertical y que las corrientes que se registraban ese día no tenían
fuerza suficiente como para provocar desplazamientos significativos de
la nave.
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