China
enviará a la Luna su primer módulo orbital recuperable antes de fin de
año, según anunció la Administración Estatal de Ciencia, Tecnología e
Industria para la Defensa Nacional (SASTIND). El módulo ya ha sido
transportado al Centro de Lanzamientos de Satélites de Xichang
El lanzamiento sirve de preparación para la próxima misión de la sonda
lunar Chang´e-5, que tiene previsto en un futuro cercano alunizar y
recoger muestras de la superficie antes de regresar a la Tierra. El
módulo orbital recuperable medirá el desarrollo de la tecnología
nacional en cuestiones técnicas complejas como la gestión de las altas
temperaturas que se producen cuando una sonda entra de nuevo en la
atmósfera terrestre.
China envió a la Luna el pasado año la sonda Chang´e-3, calificada por
la prensa nacional como un éxito rotundo a pesar de que el robot Yutu
(conejo de jade, en mandarín) experimentó problemas técnicos que le
impidieron mandar todos los datos esperados. La misión Chang’e-5 reviste
una mayor complejidad por el regreso a la Tierra.
China, como otras potencias mundiales, contempla la carrera espacial
como un termómetro de su pujanza. Cuando Estados Unidos puso a un hombre
en la Luna, Mao se lamentó de no poder enviar ni una patata al espacio.
Pekín ha disparado el presupuesto en los últimos años, en contraste con
los recortes que padecen los programas espaciales en Europa y Estados
Unidos.
En el 2003, China se convirtió en el tercer país, tras Estados Unidos y
Rusia, en mandar a un astronauta al espacio. El pasado año envió a tres
(una mujer, entre ellos) en su ya quinta misión, la más larga y
compleja, para acoplarse a un laboratorio espacial que funciona como un
prototipo de una estación mucho más ambiciosa que será lanzada en el
2020. También por esas fechas pretende enviar un hombre a la Luna.
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