Una
vez finalizado la misión la misión del módulo Philae, Rosetta prosigue
con su extraordinaria exploración del cometa 67P/Churymov–Gerasimenko,
acompañándolo durante todo el próximo año en su viaje hacia el sol.
La pasada semana la nave Rosetta soltó a la sonda Philae para que
aterrizara en la superficie del cometa. Una vez en la superficie, y en
buen estado, se inició un programa completo de observaciones que se
prolongó durante 64 horas, hasta que se agotaron las baterías de Philae.
Científicos de toda Europa están ahora analizando los datos obtenidos.
Pero la misión de la nave Rosetta está lejos de haber concluido. “Una
vez lanzada con éxito la sonda de aterrizaje, Rosetta seguirá con sus
observaciones científicas y entraremos en la fase de escolta al cometa”,
dijo el director de vuelo de Rosetta, Andrea Accomazzo.
“Esta fase de obtención de datos científicos durará hasta el año
próximo, a medida que vamos con el cometa hacia el sol. Nuestro máximo
acercamiento, el 13 de agosto, estaremos a 186 millones de kilómetros de
nuestra estrella”.
El 16 de noviembre el equipo de control de vuelo se trasladó desde la
Sala de Control Principal en el Centro de Operaciones Espaciales (ESOC)
de la ESA, en Darmstadt, Alemania, donde se llevaron a cabo operaciones
críticas durante el aterrizaje, a una sala de control dedicada, más
pequeña.
Desde entonces Rosetta ha llevado a cabo una serie de maniobras para
situarse en la órbita en torno al cometa que más permite aprovechar los
11 instrumentos científicos que lleva a bordo.
“Está previsto hacer encendidos adicionales el 22 y el 26 de noviembre,
para llegar a colocarnos a unos 30 Km del cometa”, dice Sylvain Lodiot,
Spacecraft Operations Manager.
A partir de la próxima semana la órbita de Rosetta será seleccionada y
planificada en función de las necesidades de los instrumentos
científicos. Después de la llegada, el pasado 6 de agosto, la órbita se
reajustó en funcion de las necesidades de Philae.
El 3 de diciembre la nave se acerará a 20 Km durante 10 días, y después volverá de nuevo a los 30 Km.
Una vez completado el aterrizaje todas las trayectorias se diseñan en
función de la ciencia, explican Laurence O’Rourke y Michael Küppers, en
el Centro de Operaciones Científicas de Rosetta cerca de Madrid,
España.
“Queremos acercar la nave lo más posible al cometa ahora, antes de que
su actividad sea demasiado intensa como para estar tan próximos”, dice
Laurence.
“Esta órbita de 20 Km será aprovechada para mapear partes extensas del
núcleo a alta resolución, y para recoger gar, polvo y plasma en una fase
de aumento de la actividad”.
Para planificar las órbitas para la ciencia se tienen en cuenta dos
trayectorias distintas: preferida y alta actividad. La intención es
mantenerse en la trayectoria preferida, pero a medida que el cometa
aumenta de actividad Rosetta pasará a la otra órbita.
“Esto permitirá que las operaciones científicas prosigan después del impacto inicial que supondrá ese cambio”, añade Michael.
“La ciencia tomará ahora una posición preferente en esta gran misión.
¡Por eso estamos aquí, después de todo!”, dice Matt Taylor, Jefe
Científico de Rosetta
Cuando el calor del sol active los gases helados en la superficie y
bajo ella, los chorros de gas y partículas de polvo crearán una
atmósfera entorno al núcleo, conocida como coma.
F.AAeroespacial.
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