jueves, 4 de diciembre de 2014

Canarias, una de las tres estaciones del servicio europeo de búsqueda y rescate

La canaria de Maspalomas en Gran Canaria, junto con la de Spitsbergen, en el ártico noruego,  y la de Lárnaca, en el estado insular de Chipre, son las tres estaciones de seguimiento situadas en otras tantas islas en los vértices de Europa que ya están listas para recibir las llamadas de socorro recogidas por los satélites sobre el territorio y las aguas de nuestro continente.
Las tres forman un triángulo que engloba a toda Europa. Sus operaciones se supervisan y coordinan desde un centro de control en Toulouse, Francia. El segmento de tierra del servicio de búsqueda y rescate de Galileo ya está un paso más cerca de empezar a salvar vidas tras superar una importante campaña de pruebas.
Cada una de las estaciones está equipada con cuatro antenas para recibir las señales de socorro retransmitidas por satélites en órbitas de media altura, un sistema que hasta la fecha cuenta con dos satélites europeos Galileo, 14 GPS y un Glonass (Rusia).
Las tres estaciones están diseñadas para operar de forma conjunta. Las pruebas realizadas el pasado verano han demostrado que esta estrategia es extremadamente efectiva.
“Estas nuevas instalaciones, diseñadas por la ESA y financiadas por la Unión Europea como parte de Galileo, son nuestra contribución a Cospas-Sarsat, el sistema de búsqueda y rescate vía satélite más grande y veterano del mundo”, explica Fermín Álvarez López.
Fundado por Canadá, Francia, la Unión Soviética y los Estados Unidos, Cospas-Sarsat es un sistema global que utiliza satélites para detectar rápidamente señales de socorro procedentes de cualquier punto del planeta, y reenviarlas a las autoridades locales de búsqueda y rescate. Desde su creación en el año 1979, Cospas-Sarsat ha ayudado a rescatar a más de 35.000 personas.
Las balizas Cospas-Sarsat son un elemento estándar, y pueden ser activadas en caso de emergencia en tierra, mar o aire. Los repetidores de los satélites recogen y amplifican la señal de la baliza, y la retransmiten a una red de estaciones en tierra.
Estas estaciones determinan la posición del origen de la señal, y avisan a las autoridades de búsqueda y rescate más próximas al lugar del incidente.
“Hasta ahora, Cospas-Sarsat trabajaba con satélites en órbitas bajas y altas. Pero las órbitas de media altura, como las de los satélites Galileo, combinan un amplio campo visual con un fuerte efecto Doppler, lo que facilita la localización rápida y precisa del origen de la señal”, añade Álvarez López.
La mayor cobertura de los satélites en estas órbitas también implica que se necesiten menos estaciones en tierra, de forma que con sólo tres se puede cubrir toda el área de servicio europea.
La fase de pruebas comenzó en cuanto se terminó la construcción de las estaciones. “Hemos demostrado que el sistema funciona según lo previsto, antes de traspasarlo en diciembre a su operador, parte de la agencia espacial francesa CNES, que lo pondrá en servicio en 2016”, explica Igor Stojkovic, ingeniero de búsqueda y rescate para la ESA.
Las balizas de emergencia emiten una señal cada 50 segundos en la banda UHF. Las estaciones tienen que detectar y determinar el origen de las señales con una precisión de 5 kilómetros en menos de 10 minutos.
F.AAeroespacial

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